Agroindustria en el MEDIO RURAL: entre eucaliptos y eólicos

Desarrollo Sostenible
Monte de eucaliptos y eólicos en Galicia
(foto: campogalego.es)

El cambio climático es una de las causas que contribuyen al aumento de incendios forestales en todo el mundo, que en Galicia ya son frecuentes cada año. Pero no es la única, en Galicia la principal causa de los incendios es el abandono de las zonas rurales.

A lo largo de la historia ha habido periodos de sequía con aumento del número de incendios, pero no eran tan frecuentes, ya que las zonas rurales estaban más trabajadas y la conservación de los bosques era esencial para la silvicultura.

Actualmente, uno de los mayores problemas en Galicia, así como en el norte de Portugal, es que el descenso del uso forestal para el consumo agrícola ha provocado un fuerte aumento del monocultivo de eucalipto, que se ha expandido no sólo en el bosque, sino también cerca de casas y caminos, en zonas donde antes había prados y campos de cultivo.

El eucalipto es la especie de más rápido crecimiento y más rentable para la industria de la madera y el papel. Pero además es una especie invasora, pirófita y gran consumidora de recursos hídricos, no es endémica y altera el paisaje típico gallego transformando la fauna y la flora que aparecen en los eucaliptales, y ocultando a menudo zonas de patrimonio histórico como los castros. y restos megalíticos.

En países con una geografía similar a Galicia, como Irlanda o Bretaña, no hay tanta superficie de eucalipto porque sus usos están dedicados principalmente a la agricultura y la ganadería. También es cierto que en Galicia hay más zonas montañosas, por lo que si se regula el cultivo del eucalipto, el bosque deberá encontrar otros usos que eviten su abandono.

Las tierras comunales, las concentraciones parcelarias y el Banco de Tierras son formas de gestión territorial que ayudan a reducir el abandono y aumentar la rentabilidad de las propiedades. Es importante evitar que los eucaliptos crezcan cerca de los núcleos de población y exigir una limpieza adecuada de los montes después de las talas. En Galicia hay algunas zonas de bosque de eucalipto, sobre todo en la Mariña de Lugo, que no arde porque no está abandonado y no se expande de forma descontrolada.

Por otro lado, hay mucha superficie quemada que no es de eucalipto, sino de matorral, principalmente en las comarcas de Ourense. Algunas son incluso zonas próximas a áreas protegidas de interés ambiental, lo que supone que además de las causas climáticas más favorables para la propagación de los incendios, también entran en juego intereses forestales y urbanísticos para la recalificación del suelo.

Para ello, además de la gestión preventiva, es fundamental la planificación territorial y forestal. Control de especies invasoras, para evitar el exceso de pirófitos, y permitir la compatibilidad de usos, estableciendo zonas de uso forestal y agrícola, zonas de uso ambiental protegido y también de turismo sostenible en zonas de montaña.

Parque da Natureza de Marcelle (Outeiro de Rei)

Amenazas y oportunidades de la energía eólica y la minería.

Si queremos aprovechar más esta extensa zona montañosa de Galicia, un uso clave es la energía eólica. El compromiso de la Unión Europea con la transición energética, sustituyendo los combustibles fósiles por energías renovables, se traduce en el cierre y reconversión de la central térmica de As Pontes.

Pero los parques eólicos deben instalarse en zonas adecuadas sin interferir en la calidad de vida de la población. Las instalaciones eólicas excesivas en zonas próximas a núcleos rurales producen daños a los vecinos, a las aves, etc., además del impacto sobre el paisaje, especialmente en zonas costeras.

Y la energía eólica también debería tener un impacto en el propio territorio. No tiene sentido desincentivar a la población si la instalación de los aerogeneradores no repercute en la factura eléctrica, aumentando la despoblación. Galicia, como país productor de energía renovable, debe aprovechar los precios más bajos y evitar un exceso de parques eólicos para exportar energía que no se necesita, sólo para beneficio de las grandes empresas energéticas con sede fiscal en el exterior.

Se trata de tener soberanía energética dentro del sistema eléctrico ibérico, que debe compartir la red eléctrica de forma equilibrada con otras energías renovables que también deben ser potenciadas, como la solar, en el marco de la Agenda 2030, en las zonas adecuadas mediante la realización de estudios climáticos.

Y al mismo tiempo, la conexión con gasoductos internacionales y plantas de gasificación (en Galicia hay una, Mugardos) o con centrales nucleares activas en otras zonas del Estado español para complementar la demanda energética sin sobreexplotar el territorio. Recordemos la experiencia del exceso de presas y centrales hidroeléctricas en Galicia y los daños que produjeron a la población, que tuvo que abandonar pueblos y campos, y las consecuencias para el paisaje de los valles fluviales que todavía hoy repercuten.

Otra actividad relacionada con el abandono rural es la minería, que puede ser una amenaza, pero también una oportunidad. Por un lado, el proyecto de la Mina de Cobre de Touro-O Pino fue afortunadamente interrumpido gracias a las protestas de la población, ya que era totalmente perjudicial para los pueblos y el medio ambiente.

Sin embargo, las zonas montañosas de la provincia de Ourense cuentan con recursos mineros que dan trabajo a municipios con alto desempleo y abandono rural, ya que minerales como el litio o el coltán son muy demandados para la fabricación de productos tecnológicos como baterías para teléfonos móviles o para coches eléctricos. Una vez más es necesario estudiar las ventajas y desventajas para el objetivo de mantener a la población en las zonas rurales y mejorar su calidad de vida.

Es fundamental conciliar los usos a través del desarrollo económico sostenible con el menor impacto ambiental posible. Pero sobre todo, hay que trasladar los beneficios a la región, creando una industria vinculada a la minería en Galicia para que no sólo se exporten nuestras materias primas, sino que también esta tecnología se fabrique en el propio país.

Mina de Coltan en Penouta
(foto: farodevigo.es)

Aldeas inteligentes: agroindustria, comercio local y turismo rural.

Las últimas tendencias sociales, especialmente después de la pandemia, son el deseo de mudarse a zonas rurales, para mejorar la calidad de vida lejos de las grandes ciudades. Pero el tipo de vida que la gente quiere tener en las zonas rurales sigue siendo la urbana, con opciones culturales y de ocio, acceso a internet y teletrabajo. Valorando siempre el medio ambiente y la proximidad a los productos rurales, tanto alimentarios como artesanales.

Así, por un lado, hay jóvenes que quieren trabajar en el campo, pero otros quieren poder vivir allí y tener la opción de desplazarse cada día al trabajo en el pueblo o la ciudad. En ambos casos, es necesario promover el empleo y los servicios básicos en las zonas rurales, así como mejorar las comunicaciones y el transporte público con las cabeceras comarcales, que son pequeños centros comerciales y de servicios.

La soberanía alimentaria y la modernización de la agroindustria local es una de las grandes oportunidades. Galicia dispone de una amplia superficie de producción agraria diversificada que puede transformarse en su propio territorio a través de una industria local, siguiendo el ejemplo de otros países de la Unión Europea con características geográficas similares, como Holanda, Irlanda, Bretaña, Francia, País Vasco, etc…que cuentan con un importante sector agroindustrial.

La idea es producir localmente mientras estamos conectados globalmente. En este sentido, los pueblos deben estar cerca de los centros de formación y profesionalización en actividades rurales para incrementar la innovación. También contar con cooperativas agrícolas y mercados rurales que facilitan la distribución directa del productor al consumidor, así como canales de distribución a las ciudades.

El futuro está en transformar las aldeas tradicionales en aldeas inteligentes (smart villages) a través del acceso a la tecnología e Internet, algo fundamental para retener a la población rural. Por otro lado, existe una amplia oferta de turismo rural, natural, cultural y termal. La puesta en valor del patrimonio histórico y natural es otro de los grandes activos de Galicia.

Y si hablamos de estrategias de desarrollo local, debemos poner el ejemplo de Allariz, una cabecera comarcal que ofrece durante todos los fines de semana del año diferentes actividades culturales, gastronómicas y de ocio. Esta localidad del interior se beneficia de su buena situación geográfica, a unos 15 minutos de Ourense por autovía, y también del Parque Tecnológico de Galicia, que ofrece la posibilidad de transformarla en villa-dormitorio. Además, su actividad económica endógena se basa en el comercio, con énfasis en las tiendas outlet de ropa, principalmente de marcas gallegas.

Outlet de Reizentolo en Allariz

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